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Talk about some of the things that have changed most about the world since the pandemic began.
One of the things that’s changed is being able to discern where the line is? Though I’m not sure it’s the virus alone to blame for that but it certainly has exacerbated things. “Alternate facts” have unfortunately been with us awhile now so it’s no wonder it’s hard to figure out the best way to move forward. Lives versuses livelihoods is at the core of who we are and who we want to be as a nation...and ultimately as a global community. While we are adapting very well to certain things, ever grateful for zoom, people more aware of neighbors, time to notice things that might have been overlooked in our “ normal” daily lives, the fear lies, mistrust, and anger are real. We are fighting an invisible enemy, a virus you can “catch” but can’t see... so our fear and anger need an outlet, and that has made the line harder to define. Add some inflammatory language and lots and lots of repetition of alternate facts and the line between truth and fiction becomes harder to define and we end up with events like we saw at the Capitol. I miss smiles, and hugs a lot, but I miss knowing what’s true and not even more!
January 22, 2021
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¿De que manera el coronavirus le está afectando su vida en este momento? Cuéntenos sus experiencias, sensaciones/emociones, y pensamientos.
Un lote de 300,000 mil vacunas vino al país finalmente. De manera inmediata, el gobierno comenzó a vacunar a personas de la tercera edad en los rangos de 80 a 100 años. Mi mamá se había resistido a que la inscribiera en el registro del gobierno. Yo lo dejé pasar porque las vacunas no venían y esperábamos que compraran la Sputnik rusa y que se acabaran las Astrazéneca donadas. Sin embargo, este primer lote de vacuna que llegó finalmente es de Astrazéneca. El día que dijeron que efectivamente estaban en el país, registré a mi mamá de 74 años para que sea vacunada. Pregunté a una doctora amiga mía si yo podía vacunarme a pesar de que estoy inmunosuprimida. Dijo que sí, que ella tiene artritis reumatoidea y que, por ser doctora, ya le pusieron la primera dosis de la vacuna. Aún tengo mis dudas, porque ella corre varios kilómetros al día como parte de su rutina diaria, es decir, tiene buena salud. Yo, si camino muy rápido, el corazón se me desboca y es probable que me desmaye. Esta semana he logrado estar en pie gracias al diclofenaco (¡oh, diclofenaco, te amo!). Alguien sugirió a un nuevo doctor para una visita. Está difícil que me decida porque cada nuevo doctor ha recetado tratamientos con efectos secundarios tan graves que por ello estoy como estoy. En fin, imploraré al divino diclofenaco que me dé sabiduría y fuerza para un nuevo médico.
May 7, 2021