Está semana no he estado muy bien emocionalmente hablando, he notado que estoy cansada de llevar la misma rutina, es como vivir un día de la marmota eternamente , levantarme a las 10am tomar clase de yoga, desayunar, repasar el inglés, comer, hacer ejercicio, comer, salir a correr y dormir y así todos los días desde que empezó esta cuarentena... Pero hoy decidí salir a caminar, eso es algo que siempre me ayuda a calmarme y pensar en las cosas que me atormentan, caminé hasta llegar a un lugar llamado Costanera Sur en Buenos Aires, descubrí que este es mi lugar favorito de la ciudad, el haber llegado ahí sin planearlo fue un regalo, cómo cuando sientes que ya todo está muy oscuro y entonces de pronto un arcoiris se asoma a lo lejos, así fue. Pienso que nada es para siempre, ni siquiera está monotonía que parece nunca acabarse, sé que no soy la única que se siente así, y que hay muchas personas que están allá afuera Trabajando para tener algo que comer o luchando contra el COVID, gente que quisiera poder estar a salvó en sus casas, pero su situación se los impide. Así que no me queda más que agradecer el poder tener un techo sobre mí, tener salud y comida. Si la situación no se puede transformar, entonces no me queda más que transformarme a mí.
March 17, 2021
La Semana Santa en mi país es un tiempo muy especial. Se desarrollan gran cantidad de eventos religiosos como las procesiones, pero no solo eso. La Semana Santa es un tiempo en que las personas salen de sus casas y conforman una comunidad , por ejemplo, al elaborar alfombras de aserrín para las imágenes que pasan en procesión. Es un tiempo en el que colaboran niños, jóvenes y adultos. Algunos hacen las alfombras, otros proveen comida gratuita a los que trabajan. Los mayores les enseñan a los niños como hacerlo. Se trabaja hombro con hombro. Es algo que difícilmente se puede ver en otras circunstancias. Se trabaja durante horas, de madrugada, hasta ver el amanecer. Y el resultado es una obra de arte, bella, que desaparecerá en segundos bajo el peso de las andas. Las imágenes que salen en procesión representan actos de fe y devoción en quienes las cargan. Las devociones se trasladan de generaciones en generaciones en una misma familia. Las personas compran flores y las echan en las andas, se emocionan al verlas pasar. Es tan fuerte la vivencia, que es necesario experimentarla para comprenderla. Una señora amiga nuestra que murió hace unos años, durante su agonía, decía: "Ya viene el cortejo, ya va a salir la procesión". Así de fuerte se interioriza. La Semana Santa es un imaginario lleno de tradiciones, leyendas, gastronomía, arte, música, y por supuesto, religiosidad. El Covid-19 nos quitó eso. Desde el año pasado no ha sido posible tener una Semana Santa como solía ser. Es algo muy triste que creo nos pesa y nos duele a muchas personas. En la foto pueden ver una pequeña alfombra de aserrín que hice en mi casa cuando nos visitó una imagen pequeña de Jesús de Candelaria. La elaboré como una forma de intentar consolarme. Pero la verdad es que nada compensa la ausencia de las tradiciones de Semana Santa en mi país. Nada.
March 26, 2021