Esta es una torreja. Es un postre tradicional de Semana Santa. Mi prima más pequeña estudió para chef y aprendió a hacerlas. El Jueves Santo nos reunimos como todos los años, a excepción del año pasado, cuando el confinamiento por el COVID-19 era totalmente estricto. Ni siquiera mi mamá quiso hacer el bacalao a la vizcaína de ese año. Pero este, sí. Así que nos reunimos, manteniendo la distancia y sin tener contacto entre nosotros. Cada quien aportó algo del menú tradicional de Semana Santa y tuvimos la suerte de sentarnos en torno a la mesa, conversar y comer todos juntos. Son esos momentos los que nos llenan de alegría y esperanza. Son los momentos en que volvemos a ser familia y recordamos lo que hacíamos cuando la "normalidad" prevalecía. Eso pensé este semana. En la suerte y en la buena decisión que tuve de asistir a distintas actividades del Semana Santa cuando tenía buena salud y la vida era "normal". A veces, asistía completamente sola, pero no me importaba. Toda mi vida he hecho muchas cosas yo sola. Ahora puedo disfrutar de los recuerdos y las anécdotas de esas incursiones de Semana Santa. La vida es buena, especialmente cuando puedes ver a tu familia alrededor de una mesa, sanos y con alimentos para compartir. La vida es buena.
April 5, 2021
I think I was actually flourishing a but more before the lockdown ended. Now we're in this weird in between place where vaccines haven't gotten us the freedom we wanted but some people are acting like it did.
September 23, 2021