El domingo 30 de enero me vacuné contra el Covid-19 por primera vez. Era el último día que iba a haber jornada de vacunación en una iglesia cercana a mi casa. No tuve que esperar, ni hacer cola. Me pusieron la Astrazeneca. El pinchazo se ha puesto un poco rojo y tengo una inflamación al lado que también duele. La reacción fue leve, un poco de tos y de dolor de espalda, así como fatiga. En la pierna donde tengo más problema de circulación sanguínea sí aparecieron algunas manchas rojas cerca de la rodilla. Pero, aparte de eso, estoy bien. En mi país hay una palabra coloquial para designar esta condición en la que te enfermas por cualquier cosa. Se dice es: chincurrienta. Sí, soy chincurrienta, todo se me pega, todo me da, me enfermo en un ratito. Porque estoy inmunosuprimida. Dentro de dos meses deberé ponerme la segunda dosis. Más o menos por el 30 de marzo. Veremos cómo me va hasta entonces. Mi hermano y mi hijo ya se recuperaron de la infección. Han vuelto a sus actividades normales. Mi hermano todavía tose un poco y se siente fatigado.
February 5, 2022
Today the information was released for my state about the upcoming vaccination schedule. I will be eligible to receive it in one month. Setting the clocks forward for daylight savings time happens in 3 weeks. Those two things together feel like we are hurtling towards a change I might not be ready for. How much openness will everyone expect? How many hugs and visits are owed? What if I am still scared and not ready for the sun?
February 23, 2021